El que paga, manda. Esto no suele ser así en el mercado inmobiliario. El retraso en la entrega de una vivienda, diferencias notables en las compras sobre planos, defectos de construcción, garantizar los pagos, asegurarse de quien es la propiedad del suelo, problemas con la Licencia de Primera Ocupación, sustos en la fase notarial, cargas ocultas sobre la vivienda o terreno, falta de transparencia del intermediario financiero, honorarios de la inmobiliaria, reclamaciones frente a la promotora por deficiencias de calidades, vicios ocultos, etc.
Gestionar bien la compra y la venta es fundamental para evitar futuros problemas. Nuestro trabajo consiste en anticiparnos, en impedir que nos engañen y en tener unas garantías. Y en otro caso, reclamar.